lunes, 6 de octubre de 2008
Somos un cuerpo con necesidad de ser sostenido,
con capacidad de sostener.
Somos un cuerpo que escucha y a la vez necesita ser escuchado.
Somos un cuerpo con historia propia y con añejados mandatos familiares.
Somos un cuerpo que transita el hoy.
Somos un cuerpo que habla con un lenguaje que a veces, resulta indescifrable.
Somos un cuerpo que juega y se construye a través de actos de habla lúdicos.
Somos un cuerpo que grita enfermándose cuando nadie escucha su dolor.
Somos un cuerpo donde danzan circularmente los placeres y los agobios cotidianos.
Somos un cuerpo, como somos alma, emoción, lenguaje, mente, espíritu.
Somos un cuerpo que nos invita a re-pensar su singularidad.
Si algo sabemos las sabihondas Viejas Brujas (no tanto por sabias y hondas...sino por Viejas) es lo que significa una flecha en la espalda...
Una flecha es algo contundente, es duro y desgarra cuando te penetra. En la espalda anidan las alas para volar, pero no hay ojos...no se vé desde ahí, entonces, no hay forma de defenderse.
Entra, lastima, sangra y se queda clavada.
Todo esto lo diría cualquier jovencita/o que hayan sido víctimas de una traición, ya que, además, las traiciones vienen por la espalda.
Pero este argumento es falaz para una Vieja Bruja como yo.(jijiji)
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